Hoy quiero compartir con ustedes dos propuestas cinematográficas distintas con un mismo objetivo: pensar la identidad y la familia. «Moana», de los estudios de Disney, y la película «Lion» (Un camino a casa, en español), ambas nominadas a los premios Oscar 2017, nos permiten acercarnos y compartir estos temas con niños y adolescentes.
La factoría Disney presentó el año pasado un nuevo relato: la historia de una adolescente que busca salvar a su comunidad y su isla, de una antigua maldición que los dioses echaron sobre el lugar. Los mismos directores de otros clásicos de Disney como «La Serenita»(1989), «Aladdin» (1992) y «Hércules» (1997), Ron Clements y John Musker, nos traen este cuento cuyo origen se encuentra en la mitología maorí (de la Polinesia) pero aggiornado a los tiempos que corren. ¿Por qué? La protagonista no respeta las normas de las clásicas princesas de la industria: es aventurera y futura líder de su comunidad, pero al mismo tiempo, hace lo que todos los adolescentes están tentados a hacer: transgredir una prohibición. Nadie va más allá del arrecife, lo que la pone en la disyuntiva de escuchar su voz interior o acatar las reglas.
«Moana», que quiere decir “océano” en maorí, nos propone un recorrido por paisajes animados que buscan reproducir fielmente el ambiente de los archipiélagos y las profundidades oceánicas, siempre dando un guiño a esas películas que la anteceden, como «Pocahontas»(1995).
La banda sonora acompaña al relato con bases en el pop y reminiscencias a la tradición maorí, con música y letra que atrae a los niños, quienes sin dudas aprenderán las letras de las canciones, tal como suele suceder con estas películas, -recuerdo al respecto el suceso de «Frozen» (2013).
El filme explora además el vínculo entre padres e hijos, por lo que resulta una oportunidad interesante para compartir con los chicos, a partir de la relación entre Moana y sus padres.
Otro punto que suma esta película, es la cuestión de la identidad, el rescate de las culturas originarias de otras regiones del mundo que, a pesar de las críticas recibidas por estas comunidades, es un buen ejemplo para iniciar a los niños y niñas en el conocimiento de culturas diferentes a las nuestras.
Además, debemos reconocer que «Moana» como personaje femenino de Disney, presenta un nuevo avance en la comprensión de la diversidad de los roles de la mujer, ya que, una vez más -ya lo vimos en «Enredados» (2010) y en «Valiente» (2012)–, se aleja de aquellas princesas clásicas de palacios, a pesar de que Moana es la hija del jefe comunal, no cualquier habitante anónimo de la comunidad.
Es interesante el recorrido, el viaje que hace la heroína rumbo a su objetivo, con éste, los niños comprenderán que más allá del supuesto destino que la sociedad tenga marcado para uno, por lo cultural: costumbres, normas, valores, etc, el mismo puede ser transformado a partir de los deseos más profundos que tenemos las personas; e incluso queda claro que tanto mujeres como hombres pueden emprender su aventura de vida, movidos por sus sueños y convicciones, más allá de los obstáculos que se puedan presentar. Perseverar, confiar en uno y seguir los sueños, sería la clave.
Lion o Un camino a casa
Con «Lion» o «Un camino a casa», los padres encontrarán otra película emocionante para disfrutar junto a a sus hijos, está basada en un relato que recrea la historia real de Saroo Brierley.
Saroo, de 36 años, escribió su libro autobiográfico, el cual fue adaptado para este filme.
La historia nos sitúa en un contexto social de castas, en la India, que se encuentran marginadas, son los olvidados del sistema económico del país. Un niño de una comunidad pequeña, Saroo, se pierde al quedarse dormido en un tren. Con el tiempo, el niño perdido es adoptado por una familia de australianos. Cabe mencionar aquí que el relato se encarga de mostrarnos las miserias y tragedias que vive el pequeño hasta llegar a ese lugar.
La búsqueda por su identidad comienza a partir de una imagen evocativa. El pasado de Saroo se despierta al oler un alimento de sus orígenes, que logra encontrar en la casa de su amigo de la facultad. Ese alimento es el portal hacia el pasado y hacia su identidad, las vivencias reaparecen y la curiosidad por sus orígenes emerge para el espectador.
Garth Davis, el director de la obra, nos permite identificarnos con el personaje principal, protagonizado por Dev Patel, el mismo actor de Slumdog Millionaire (2008), («Quien quiere ser millonario»), vivir intensamente sus peripecias y no sólo emocionarnos con él, sino a través del maravilloso trabajo fotográfico de cada puesta, de cada escena.
Por otro lado, «Un camino a casa», aborda el lado útil de las nuevas tecnologías, ya que Saroo logra encontrar a su familia biológica a través de la aplicación de Google Earth, -parece que no todo es manipulación y control social a través de Internet y su gran mundo online.
Otros temas que aquejan a nuestro mundo moderno salen a la luz: el trabajo infantil, el maltrato y la trata de niños por parte de adultos, el problema de hacinamiento en orfanatos, las legislaciones atrasadas sobre la adopción (y los miles de estereotipos y clisés que rodean a este asunto) y el derecho a la educación, que es tan castigado.
Ambas películas, «Moana» y «Lion» o «Un camino a casa», nos brindan historias de otras latitudes, las de países oceánicos y asiáticos, y a partir de allí se pinta un abanico de diversidad y pluralidad de facetas de realidad que suma en la construcción de dos relatos que presentan riqueza respecto a la exploración de identidades culturales diferentes, más allá de ser obras cinematográficas dignas de ser disfrutadas y compartidas en familia.