“Mariposa en la Luna” de Ulularia teatro: nuestra opinión de la obra

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Los periódicos ajustes económicos que debemos enfrentar en nuestro país, que afectan a todos los sectores de la población en mayor o menor medida; por supuesto, también impactan en el área del arte, que como todos sabemos, siempre es un área que recibe poco presupuesto para su desarrollo, desde el ámbito público y privado.

Por ese motivo, los teatristas de nuestra región, comenzaron a producir propuestas espectaculares dentro del  formato mediano y pequeño; pero tal vez sea precisamente esta restricción, la que refuerza la aparición de espectáculos para niños y jóvenes con carácter íntimo y devenires más poetizantes.

Como parte de este contexto, las escrituras dramatúrgicas también han comenzado lentamente a buscar nuevas formas y tópicos: en los últimos años también han crecido la investigación y la experimentación en diversos lenguajes teatrales, así como realizadores que abordan el tema “los temas” en la dramaturgia para niños y jóvenes, -me refiero a los temas más comprometidos, quizás más difíciles de explorar en teatro para jóvenes audiencias-, junto a creadores que profundizan sus miradas acerca de las especificidades de este público. El espectáculo que me ocupa en esta oportunidad, “Mariposa en la Luna”, basado en el texto de Héctor Luján, tiene esta impronta.

“Mariposa en la Luna” es una propuesta teatral integral, que bien podría estar inscripta en el llamado Teatro documental, variante dramatúrgica basada en hechos verdaderos a los que se agregan testimonios o demás recursos del periodismo, entre otros. Uno de los innovadores  de esta modalidad, el reconocido director alemán Roland Brus, sostiene que si bien dentro del teatro documental hay muchas ramas y estéticas -los proyectos pueden estar enfocados en cuestiones históricas, políticas, biográficas, reflexiones sobre espacios públicos o privados, etc.- este tipo de escrituras enmarcan experiencias que pasan de la investigación a la representación.

En el caso de Mariposa en la Luna, el teatrista Lucho Luján, autor y también director de la propuesta, partió de hechos reales para luego generar el mundo ficcional. De este modo, la obra toma como referencia documental la historia de Julia “Butterfly” Hill, una activista ambiental californiana que en 1997 decidió encaramarse a una de las milenarias secuoyas del bosque Stanford en California, a fin de evitar su tala. La joven -quien bautizara al centenario árbol con el nombre de “Luna”-  pasó setecientos treinta y ocho días entre sus ramas, sin poner un solo pie en tierra, generando un hecho de repercusión masiva y obligando a la maderera Pacific Lumber a desestimar la deforestación de uno de los ecosistemas más importantes de la zona. La compañía debió comprometerse a cuidar los árboles, así como a incluir una política medioambiental en sus futuros trabajos.

En la cultura norteamericana hay múltiples referencias a la odisea de Julia y su árbol Luna: Los Simpson rememoraron el evento en uno de los capítulos de la serie Lisa La ecologista,  y por otro lado, Red Hot Chili Peppers hacen referencia a la historia en la canción Can’t Stop Live”. Seguramente estas referencias también fueron parte de la investigación para el proyecto de escritura de Luján, la cual presenta la historia de Julieta/Mariposa, relocalizando los sucesos en Ischilín, un paraje del norte cordobés.

La estructura dramática consta de veintiuna escenas, tres de ellas en retrospectiva. Este es el soporte para presentar a Juli, una niña que crece vinculada a la naturaleza del lugar y así conoce a  Luna, un árbol, un algarrobo con el cual establece una relación de profunda amistad y respeto.

Al crecer, Juli deja el campo para estudiar en la ciudad. Siendo una joven mujer regresa al pueblo donde pasó su infancia, y lucha contra el avance del desmonte, convirtiéndose en líder ambientalista.

En el texto encontramos múltiples recursos propios del teatro documental: interacción con los espectadores convertidos en alumnos a quienes se les explica la germinación y el desmonte, entrevistas radiales, crónicas periodísticas, noticieros, etc. Ante una realidad cada vez más compleja y colmada de recursos que nos atraviesan, el autor busca reflejar ese movimiento construyendo varios niveles de contenido y expresión a partir del uso de las estrategias citadas.

Con renovada puesta en escena, los Ulularia apelan a la sensibilidad de los espectadores. Son actores que vienen a recrear una historia, se los ve aparecer y desaparecer una y otra vez del espacio escénico multiplicando personajes y roles, viajando en auto, participando de una clase, discutiendo con un patrón de estancia o subidos a un hermoso árbol. Manipulando títeres de varillas, objetos, luces y sombras, llegan a nosotros para recordarnos que estamos juntos en el juego teatral que nos convoca. Así, a puro gusto y con acento bien cordobés, nos invitan a reflexionar sobre el cuidado de la madre Tierra y de los seres que en ella habitan, algo que, en definitiva, es el legado más preciado que podemos haber recibido.

El grupo Ulularia Teatro participa con esta propuesta  los domingos de abril en el ciclo Teatronautas, del teatro La Luna.También será parte de la programación de la  próxima edición  Festival Señores Niños al teatro!, que comienza la próxima semana, del 4 al 14 de mayo, en Córdoba, capital.

Este espectáculo cuenta con el apoyo del Programa Fondo Estímulo a la Producción Infantil, de la Municipalidad de Córdoba.

Ficha Técnica  

Elenco: Marcela Albrieu, Rodrigo Gagliardino, Lucia Miani.
Dramaturgia: Héctor Luján
Asesoría Dramatúrgica: Ariel Dávila
Vestuario: Ma. Pía Lozada
Escenografía: Héctor Luján
Asistencia en Sombras: Laura Ferro
Diseño Musical y Sonoro: Pablo Farías
Diseño lumínico: Rodrigo Gagliardino
Operación lumínica y sonora: Héctor Luján y Ma. Laura Gallo
Títeres: Marcelo Fernández – Héctor Luján
Fotografía: Santiago Rocchietti
Diseño Gráfico: Tomi Di Tomaso
Dirección General y Puesta en escena: Héctor Luján
Producción: Ulularia Teatro

 Duración: 60 minutos

Edad recomendada: A partir de los 8 años.

 

 

Sobre Héctor “Lucho” Luján

Bio 1. Dice que no siempre fue Lucho, que antes le decían Omar, porque ése es su verdadero nombre. Tuvo dos hermanos, mucho más grandes… como cinco y seis años más grandes, ¡un montón! Por eso no jugaba con ellos, prefería hacerlo con sus mascotas. En su casa había muchos animales: perros, gatos, loras, gallinas, patos, conejos, tortugas y hasta una lechuza! La lechuza se la llevaron con un ala rota, y la tortuga llegó solita de la calle. Aunque se quedaron en la casa, eso no estaba tan bueno, porque son animalitos del campo. En el campo vivía su abuela Angélica y él iba siempre a visitarla. A los pajaritos les ponía  agua en una goma de auto y ellos se bajaban a tomar y a bañarse. Eso está más bueno que cualquier documental. Cuando llegaba a la noche, le encantaba ver como las gallinas volvían de andar por ahí y buscaban el mistol, un árbol que daba una fruta muy rica, y ahí dormían en las ramas. Él a veces hacía lo mismo en la mora del patio. Porque no hay nada mejor que subirse a un árbol para soñar y para ver las cosas desde ahí arriba.

 

Bio 2. Teatrista nacido y criado en Córdoba capital.  A los diecinueve años ingresa a estudiar actuación en el Seminario de Teatro Jolie libois.  Un año más tarde abandona el Seminario, aunque sigue incursionando en el teatro en grupos vocacionales, donde experimenta sus primeras vivencias sobre escenarios de barrios, clubes y centros vecinales. Estudia el profesorado de teatro en la escuela Roberto Arlt. Allí descubre que parte de su vocación estaba en la docencia.  Aunque ha participado en numerosos elencos y espectáculos para públicos diversos, es a partir de su incorporación en el año 1999 en el Grupo Ulularia Teatro que ha centrado su mirada en el Teatro para niños, niñas y adolescentes. Junto a su grupo forma parte del colectivo “Sres. Niños ¡Al teatro!” con el que, desde el año 2000 vienen trabajando para desarrollar, difundir y jerarquizar el teatro para niños en Córdoba. Su desarrollo profesional oscila entre la docencia y la actuación, y en el medio está la construcción de muñecos,  el diseño escenográfico, la dirección y la dramaturgia.

 

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Alejandra Toledo Nespral
Actriz, docente y productora. Como docente y animadora cultural es parte de Educare, centro especializado en aprendizaje para niños y jóvenes. Diseña materiales pedagógicos para diversos proyectos infanto juveniles, entre ellos, los de Barrilete Museo de niños. Participa como actriz, dramaturgista y gestora en las obras y espectáculos producidos por el grupo. Ha realizado talleres de escritura escénica y dramaturgia; tiene particular interés por el desarrollo de dramaturgias escénicas. Ha obtenido becas de perfeccionamiento e investigación del Instituto Nacional de Teatro y del Fondo Nacional de las Artes. Desde el año 2013 forma parte del Espacio de Reflexión del TpNyJ y del grupo de estudio e investigación de TpNyJ Gulubú.

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