Ser madres es una de las tareas más bellas pero complicadas que nos puede ofrecer la vida, se aprende en el hacer y no hay un libro o manual que nos de pautas exactas sobre cómo convertirnos en una. Sin embargo, las mamás primerizas necesitan la mayor cantidad de información sobre lo que les sucederá a nivel físico y psíquico a partir del nacimiento de su bebé. Gran parte de la sociedad prefiere hablar de los aspectos positivos y no los negativos del asunto, es más fácil o ameno hablar de la maternidad color de rosa. En esta nota abordamos la importancia de conocer los grises y de comprender el duelo necesario que nos sucede a la mayoría de las mujeres cuando dejamos de ser hijas para convertirnos en madres, entre otras cuestiones a tener cuenta sobre ese profundo cambio que atravesamos.
Cuando pensamos en la maternidad, la primera imagen que se viene a la mente, es la mamá sonriente con su bebé, abrazándolo con un gesto que conmueve hasta al más reacio a las cuestiones sentimentales. Después de todo, quién no fue un bebé y quién no deseó ser acogido en los brazos de su progenitora, sintiendo calor y placidez.
Pero ese ícono tan agradable, reproducido una y otra vez, no representa todo lo que implica ser madre sino una parte, que aunque muy importante, nos muestra sólo una faceta del ser mamá.
Ser madre es uno de los trabajos o roles más complejos que se pueda asumir en la vida, con sus aspectos positivos tan conocidos y difundidos por todos, pero también con las grandes dificultades y el enorme aprendizaje que conlleva convertirse en madres y padres.
Así es, las imágenes edulcoradas que a todos nos gusta ver, entre algodones y sábanas blancas, no son las únicas que forman parte de la maternidad, y es importante también que se hable de esto, de las contrariedades que surgen por ejemplo en las mamás primerizas, las que se enfrentan a un mundo absolutamente nuevo, con cambios fisiológicos, psíquicos y de estilo de vida a partir del nacimiento del bebé.
Si bien es cierto que se habla de la depresión posparto, y que sabemos que es algo por lo que las madres no quisieran atravesar, falta mucha información respecto a los cuidados, consejos y recomendaciones a tener en cuenta, antes de que nuestro primer hijo llegue a nuestras vidas.
No deben tomarse a la ligera cuestiones como el acompañamiento de la mamá durante los primeros meses de vida del bebé, el cuidado del bebé, los cambios en la rutina del sueño, la alimentación de la mamá, etc, sobre todo, si ésta amamanta.
“No existe un libro o enciclopedia que contenga toda la información necesaria para ser mamá. El instinto maternal es algo que se va descubriendo a medida que se transita, no todas las mujeres eligen ser madres, y eso es muy natural que así sea, es más, muchos de los embarazos son no planificados y no siempre la noticia es recibida con felicidad, si bien el colectivo social lo impone a la mujer en el momento de recibir la noticia.
Aquellas mujeres que eligen y desean transitar la maternidad, deberían informarse con otras mujeres madres y con los profesionales que atienden embarazadas, de los cambios fisiológicos que irán ocurriendo a medida que el embarazo avanza, así como saber qué cosas le harán bien o mal a ella y al bebé, en cuanto a actividades , hábitos y alimentación”, reflexiona sobre el tema, la Dra. Sandra Maginera, Ginecóloga infanto-juvenil y Sexóloga clínica.
Es verdad que las futuras mamás deben informarse lo que más puedan acerca de su nuevo rol, pero muchas veces, incluso cuando los embarazos son deseados y buscados durante muchos años, es posible que el gran cambio, la transformación que se produce en las mujeres que se convierten en mamás, repercuta muy intensamente en sus vidas y la información o los consejos que hayan recibido, no resulten suficientes a la hora de experimentar la maternidad.
Recuerdo que un mes antes de tener a mi hija, y después de haber ido a todas las charlas de Preparto, se me ocurrió leer un poco más sobre el posparto en la Web, siempre leo mucho en Internet, y por lo general selecciono cuidadosamente las fuentes de lo que leo, dependiendo de las temáticas que elijo. Incluso me había apuntado en el curso online de un conocido sitio con información exclusiva para embarazadas. Pero buceando en la red de redes, me encontré con una nota que no pude evitar leer, y que me impactó de manera negativa; rogué que sólo fueran las apreciaciones o la experiencia un tanto oscura de una madre que no la había pasado nada bien después del parto, con cierto tipo de depresión.
En el texto resaltaban ideas como: una madre primeriza no debe pasar demasiadas horas solas con su bebé, y es necesario que abuelas, madres, parientes y amigos de las mamás primerizas acompañen en el día a día a las madres, turnándose para velar por el bienestar de la nueva mamá y el bebé; o advertencias sobre el llanto del bebé con cólicos, la mamá que ya no puede dormir de noche, y otros menesteres complicados. Dicho así parecen sabias palabras o ideas, pero lo cierto es que el tono de la nota era bastante dramático.
Después de leer ese artículo, debo confesarlo, entré en pánico, y ahí es donde me percaté que tenía a mis padres viviendo en otra provincia, que siempre me la pasaba trabajando de acá para allá, y que por mi profesión, transcurría largas horas escribiendo en la computadora, además de ir y venir a eventos, entrevistando gente de un lugar a otro, etc. ¿Qué haría con mi vida tan agitada, cuando la obligada quietud y las necesidades de mi bebé se pusieran por encima de las mías?
Me puse a pensar en el tema, pero me duró poco, “todo estará bien”, pensé. Tanto había deseado y esperado este momento, el del nacimiento de mi hija, que nada ni nadie lo iba a empañar, sin embargo, había algo cierto: era importante contar con un acompañamiento más intenso del que estaba acostumbrada, y por lo tanto, comenzaban a ser necesarias personas y situaciones que no lo eran en otro marco, que quizás resultaban prescindibles en mi estilo de vida anterior.
Y es que la vida cambia enormemente cuando somos mamás, nos transforma en profundidad, es mucho lo que aprendemos de nosotras mismas, nuestros límites, la relación con nuestra pareja, en caso de que tengamos, con nuestros padres, nuestros familiares, con el resto del mundo.
Es por eso que por experiencia propia y tras haber conversado con otras mamás a las que les sucedió lo mismo, informar y hablar sobre lo que pueden transitar las mamás en sus primeros meses, asumiendo el nuevo rol, es vital, a fin de preparar nuestras mentes y cuerpos para la difícil pero maravillosa aventura de ser mamás.
Momentos ambiguos y sensaciones encontradas
Gisela Capiglioni, Lic. en Psicología y Terapeuta en Estimulación Temprana y Promoción el Desarrollo Infantil, quien además Coordina talleres para embarazadas y de crianza, nos dice al respecto:
“El inicio de la maternidad, si es que podemos pensar como inicio el momento del parto, está teñido de momentos ambiguos y sensaciones encontradas.
Desde niñas, a partir del juego de muñecas y de nuestro lugar de hijas, comenzamos a construir una idea de “maternidad”, claro que es una idea que con los diferentes momentos del desarrollo y el paso del tiempo va mutando, se enriquece se transforma, pero hay algo que siempre sostiene, su dimensión de “idea, lo cual nos hace pensar en el concepto de “ideal”, ideal de madre, hijo ideal.
Basta con ver la imagen de una mujer embarazada en cualquier revista o publicidad para identificar éste como un momento pleno de felicidad y completud, nada dice de los miedos, las sensaciones encontradas y eso que las embarazadas suelen transitar. Pero éste sigue siendo un recurso que tenemos para sostener aquel ideal, ese que nos permite soñar, proyectar, esperar y apostar a que ese que va a venir será el “niño ideal”.
El bebé que nace de parto por cesárea, cuando nos preparamos y soñamos con el parto natural, el perfecto, ¡ por supuesto! ése bebé que sufre de cólicos, duerme poco, llora mucho, ese que nos enamora día a día de todos modos, se va separando progresivamente de aquel ideal , para convertirse en el hijo real.
La madre en los primeros meses del bebé atraviesa un duelo, la falta de la panza, la pérdida del lugar de privilegio en la familia, suelen ser algunos motivos, sumados a las molestias físicas y el cansancio, para interpretar las sensaciones de tristeza o angustia que atraviesa.
Este proceso es esperable y necesario, tan necesario como la gestación del hijo ideal, siempre y cuando posibilite la aparición de nuestro hijo real y de nosotras mismas, porque de esta manera podremos entender finalmente de qué se trata, para cada una, la maternidad”.
Es así como me quedo pensando en estas últimas ideas, nos sucederá eso, inevitablemente, un duelo. Una parte nuestra, de nuestro anterior yo se va y nace otra, se produce una transformación que no será fácil, sino que conllevará todo un proceso que es importante saber respetar, sin machacarse los sentimientos o las sensaciones encontradas, siempre y cuando contemos con personas a nuestro alrededor que nos contengan, que nos acompañen, que nos amen en ese acompañamiento y en esa situación que transitaremos, hasta volver a ser una mejor versión de nosotras mismas.
Depresión Posparto y Consejos a tener a cuenta para mamás
Por la Dra. Sandra Maginera.
Consejos
- Conectarse mucho consigo misma para poder acompañar el neurodesarrollo del bebé, conectar con ese ser que va creciendo en su vientre.
- Buscar cosas que nos relajen y nos pongan felices
- Evitar tóxicos externos e internos (emociones negativas)
- Hacer actividad física, bailar
- Reirse mucho,
- Cuidar la piel
- Comer sano
- Descansar
Depresión posparto
¿Cuáles son las características dela depresión posparto?
La depresión es una problemática de salud mental que tiene varias expresiones, se requiere diagnóstico médico y tratamiento oportuno, no sólo en la mujer embarazada , sino en cualquier persona.
Es cierto que durante el embarazo algunas mujeres con cierta vulnerabilidad pueden desarrollar cuadros depresivos con más frecuencia que otras, esto se ve acentuado durante el puerperio, por eso es muy importante el control médico desde las primeras etapas del embarazo.
El contexto de cada mujer es particular y personal, y repito, no siempre el embarazo es un acontecimiento deseado, esperado o feliz
¿Qué hacer en caso de depresión posparto?
En estos casos la mamá deberá ser acompañada por un profesional del área de salud mental, psicólogo / psiquiatra. Hoy se sabe que las emociones de la mamá intervienen directamente en el neurodesarrollo del bebé, y podrían programar su sistema psiconeuroinmunoendocrinológico , haciéndolo más vulnerable a determinadas afecciones, por eso es muy importante el acompañamiento médico de la embarazada.