Porque la historia de un barrio de una aldea cualquiera, puede ser la de tantos otros en nuestro país y en distintos lugares del mundo…
Los vecinos de Barrio Colinas, quizás el más populoso de Villa Carlos Paz, con alrededor de 19 mil personas viviendo allí, hoy necesita un servicio de dispensario completo, con una guardia de 24 hs, para que los niños, niñas, jóvenes, ancianos sobre todo, y también adultos, tengan acceso a un servicio de salud ante cualquier emergencia que se presente durante la noche. Esa es una de las necesidades puntuales de la población y más acuciantes en este momento.
Así lo expresó el líder de Jóvenes Transformando, Horacio Gigena, quien actualmente se postula para Presidente del Centro Vecinal de Colinas, cuyas elecciones serán el próximo 13 de octubre.
“Es una necesidad que tienen los vecinos desde hace tiempo, es indispensable para garantizar el acceso a la salud, que el dispensario se encuentre abierto las 24hs con la atención básica. Después de las 12 de la madrugada, nos quedamos sin transporte urbano, los vecinos que sufren alguna emergencia de madrugada y no cuentan con vehículo o recursos para pagar un taxi, quedan totalmente desprotegidos. Debe ser una decisión de Estado, es justicia social«, declaró Gigena.
Por su parte, Natalia Lenci (UCR) , concejal de la ciudad, se manifestó sobre un pedido para el barrio Colinas que habría efectuado en dos oportunidades. La primera, hace dos años, y la segunda, hace 15 días. Lenci también enfatizó en la necesidad de implementar el servicio de 24 hs de guardia mínima en el Centro asistencial de Colinas, el cual no sólo sería usado por los habitantes de Colinas, sino por los de «Carlos Paz Sierras» y los de «Las 400 viviendas o Altos del Valle».
“La guardia de 24 hs en el dispensario de Colinas, que cuenta con la infraestructura necesaria para ésta, sería utilizada por más de 25 mil personas, es un servicio social necesario para una región, no sólo para el barrio. No hay que olvidar que en estos barrios hay personas que no cuentan con obra social, ni servicio de emergencia. Por las noches, suelen manifestarse muchas patologías, pienso en niños con asma y otras enfermedades crónicas, como así también en adultos mayores. La gente no tiene los medios para transportarse al hospital, tomarse un taxi por ejemplo, incluso esos mismos vehículos no llegan siempre al barrio”, comentó .
Según contó Lenci, su solicitud se encuentra en Comisión del edil Omar Ruiz, por lo que se estaría poniendo a consideración en el Concejo de Representantes la semana próxima, o a lo sumo, en un lapso de 15 días.
Respecto a las declaraciones de ayer, del Secretario de Salud del Municipio Dr. Rubén López, con las que afirmó que por el momento no habrá guardia las 24 horas en el Centro de Atención Primaria de Salud, -argumentando que un estudio realizado arrojó es muy baja la cantidad de personas de esa zona que van al Hospital en horario nocturno-, Lenci respondió: “No estoy de acuerdo con las declaraciones del Secretario de Salud, dado que no responden a los resultados del relevamiento que nosotros desde nuestro espacio, hicimos con los vecinos de Colinas y barrios aledaños”.
Por otro lado, en relación al tema del transporte público, otra necesidad de ese sector de la población, Horacio Gigena hizo foco en la necesidad de que éste sea accesible, y con rampa para los discapacitados.
Más allá de los reclamos urgentes de los habitantes de Colinas, hay dentro de estos, otras emergencias específicas que dejan afuera a las minorías, que también claman por sus derechos, como la posibilidad de poder desplazarse libremente por la ciudad, entre otros.
“Convalidamos y ratificamos la lucha por el transporte público de calidad, como el que merecemos los vecinos de Colinas, que esté de acuerdo a las necesidades de la población y a la cantidad de gente que vive en el barrio y en la zona. Necesitamos un recorrido permanente , un colectivo que ingrese al barrio”, sostuvo Gigena.
Déficit habitacional
Otro de los problemas importantes del barrio tiene que ver con el déficit habitacional; incluso, cuando comenzó a conformarse éste a partir del año 83, surgió, según recordó Mary Daza, ex funcionaria de la Intendencia del Dr. Grimberg (1983-1987), para dar respuesta habitacional a mil familias que necesitaban casa. Actualmente vecinos del barrio Colinas siguen sin vivienda, habitan en carpas o comparten refugios muy precarios, hacinados, sin tener ni siquiera letrinas en algunos casos.
Sobre el tema, Horacio Gigena expresó: “Es otro de los problemas importantes a solucionar en Colinas desde siempre. Sobre todo, teniendo en cuenta el grado de vulnerabilidad económica y social de los vecinos. Hay una ausencia en todo Carlos Paz de una política habitacional profunda y seria, por lo tanto, los sectores de la periferia sufren mucho esto. Los márgenes del barrio Colinas han sido ampliados por el aumento de la población, por eso promovemos una política de vivienda digna, no sólo si nos eligen el 13 de octubre, lo vamos a hacer también para la nueva gestión que se viene a nivel municipal. Queremos garantizar un techo digno a todos y el Estado debe ser promotor de esto”.
Estigma social
En relación al estigma social que cae sobre los habitantes de Colinas, a quienes se tilda de vagos, en otros adjetivos peyorativos, Gigena aseguró: “No hay vecino que se esfuerce más que el de Colinas, te lo puedo asegurar. Cuando no hay igualdad de oportunidades es muy difícil que ese esfuerzo se traduzca en crecimiento y en ascenso social. Por eso es importante que el Estado genere las oportunidades y las condiciones suficientes para que todos puedan tener una vida más digna”.
Para hacer frente a esto, la agrupación Jóvenes trasformando, apunta a la consolidación del entramado social de Colinas. “Queremos que los vecinos se conozcan más, se generen más lazos y vínculos entre ellos, fortaleciendo la participación ciudadana en distintos temas, de allí que es tan importante la creación de la sede”, consideró el joven.
Por otro lado, para referirnos a las características de sus habitantes y retomando las palabras de Silvia Súarez, -en entrevista que le hiciera hace unos meses atrás-, quien lleva adelante el conocido merendero “Solecitos naranjas” de barrio Colinas, -colindante con Villa Las latitas-, y desarrolla una importante labor social con los chicos del barrio: “Barrio Colinas en su gran mayoría está compuesta por trabajadores que se dedican en un gran porcentaje a la elaboración y venta callejera de pastelitos y otros productos similares. También hay personas que se dedican a distintos oficios, pero en su mayoría desarrollan actividades dentro de la llamada economía informal, que muchas veces es la causa de la inestabilidad económica de las familias, y de la falta de planificación en el tiempo, lo cual encierra en un círculo de escasez y precariedad”.
Además, en la oportunidad, Silvia opinó que uno de los grandes problemas de su barrio es la falta de trabajo. “Tenemos muchos papás jóvenes, adolescentes, que al no haber terminado la escuela, no tienen la oportunidad de conseguir trabajo. Hay planes sociales para trabajar, pero doy fe que cuando muchos chicos de este barrio se fueron a presentar para verse beneficiados con esos planes y poder ingresar al mercado laboral, no tienen suerte. Si van 20, por decir un número, si llaman a dos o tres, es mucho. Quizás sea porque el comerciante, el empleador, no está bien informado, o debido al estigma que tenemos, que al ser del barrio Colinas, somos los negros que no servimos para nada”, expresó.
La forma en que se nombra o se considera a la la gente de su barrio, también fue objeto de su reflexión: “Que somos vagos, ladrones, que lo único que hacemos es consumir drogas, que las chicas jóvenes se embarazan para cobrar la asignación universal por hijo y otros planes sociales, todo dicen, pero eso no es así, porque si uno observa bien, somos toda una clase laburadora que vemos por el bienestar de nuestros hijos. No te digo que no haya gente como en todos lados que deja mucho que desear, familias a las que el hijo no le importa nada, pero la gran mayoría nos desvivimos por nuestros hijos”.
Seguridad
La seguridad del barrio y los actos delictivos que se cometen en él y hacia fuera de éste, es otro de los aspectos que preocupan. Respecto a esto, Gigena consideró: “Creemos que la inseguridad es un mero síntoma de la exclusión social, de la desigualdad y de la ausencia de oportunidades. Por eso vamos a gestionar una articulación de acciones conjuntas con la Policía de la Provincia y la Dirección de Seguridad del Municipio, pero con ésta queremos que se den respuestas concretas a esas acciones previas que pueden derivar en delincuencia o a las acciones ilícitas, para prevenir males mayores”.
Historia del barrio
¿Pero cómo nace este barrio de trabajadores, que para los años 90 ya contaba con sus primeras viviendas? Mary Daza, quien ejerció como Directora de Desarrollo Social durante la Intendencia del Dr. Grimberg (el farmacéutico del Pueblo devenido en el primer intendente de Villa Carlos Paz, después de la dictadura militar) años 1983-1987, y posteriormente, como Secretaria de Salud y Desarrollo Social del Gobierno de Felpeto (1987-1991), respondió la pregunta.
“Siempre cuento que Colinas era un campo alambrado, con tranqueras y todo, con vacas y caballos y ahora es un barrio importante de la ciudad. La historia se remonta a 1983. Había mucha gente en Carlos Paz que no tenía donde vivir, muchos hicieron sus viviendas precarias en “La Bahía de los Gitanos”, en la conocida “Vizcachera” y otros lugares. Generalmente las hacían porque el déficit habitacional en la ciudad era muy notable y también el trabajo no era constante para ellos. Entonces trabajaban más en verano, tal vez podían alquilar durante el año, pero después en noviembre, con la llegada del verano y de los turistas, los desalojaban y para no volver a pasar por esa situación, ellos armaban su vivienda donde habían terrenos disponibles, donde podían”, recordó Mary.
En relación a la procedencia de los primeros pobladores de Colinas, explicó: “Vinieron algunos de afuera, es decir de Traslasierra, Serrezuela, o de otros lugares del norte de Córdoba, pero ojo que muchos eran oriundos de Carlos Paz, esto hay que decirlo, porque eran muchos de acá”.
Cuando Villa Carlos Paz experimentó su mayor crecimiento, desde los años 60’ a 80’ la cuestión del déficit habitacional se agravó, motivo por el cual Mary Daza, aprovechando un contexto favorable,- como fue el Gobierno del Dr Raúl Alfonsín, a quien le interesaba especialmente que los argentinos pudieran ejercer su derecho a la vivienda propia-, recurrió a la ayuda del Padre Carlos Marella (de la Orden de los Dehonianos) quien intercedió ante los Jesuitas de la Orden de la Compañía de Jesús (con sede en la Manzana Histórica de Córdoba), para que cedieran los terrenos destinados a construcción de las primeras casas del Barrio Colinas.
En 1983 eran 1000 familias las que necesitan viviendas y en 1991, cuando Mary dejó de trabajar como funcionaria pública, había 700 lotes disponibles para éstas, 500 familias viviendo en Colinas, y 40 viviendas sin terminar, que el gobierno municipal posterior nunca finalizó, según los dichos de la ex funcionaria.
“En parte de las 28 hectáreas que se consiguieron en su momento, cedidas por la Congregación Sacramentina, también se hizo el barrio de Los Inquilinos, producto de las gestiones que hicimos”, agregó Mary.
Militancia Joven y la renovación de la esperanza
Con sólo 19 años, Horacio Gigena de Jóvenes Transformando, busca ser el Presidente del Centro Vecinal del Barrio Colinas. Muestra un compromiso político genuino y una pasión que bien podría ser la envidia de cualquier político de escritorio. “Nosotros tenemos un trabajo de militancia en nuestro barrio desde hace muchísimo tiempo. Jóvenes Transformando nació con la conducción del Centro de Estudiantes del IPEM de Colinas, que después pudo tener una actuación fuerte en términos territoriales, en el último mandato de nuestro Centro de Estudiantes. Cuando nos convertimos en agrupación, arrancamos con nuestra construcción política”, explicó Gigena sobre el origen de su grupo político.
Comentó además que cuando salieron por el barrio a hacer un revelamiento sobre las diferentes necesidades de los vecinos, de cara a las elecciones próximas, notó un escepticismo generalizado sobre el posible accionar del Centro Vecinal del barrio, como lugar para conquistar y hacer valer sus derechos como ciudadanos.
“Esto es por la desidia, la ausencia política, la incompetencia pero también la imposibilidad de nuestros representantes del barrio, que no estuvieron a la altura de las circunstancias., pero nosotros somos una renovación de la esperanza. Los vecinos ahora quieren participar y eso es mérito nuestro. La participación es un paso fundamental para la profundización de la democracia”, concluyó.