Hay proyectos escolares que, cuando se planifican pensando en las implicancias e impacto sociales más allá de los muros de la institución educativa donde se gestan, pueden transformar no sólo la vida de los alumnos, sino la de las personas de la comunidad en general, incluso aportando a otras escuelas u otras organizaciones de la sociedad.
Tal es el caso del proyecto científico educativo MATTEO, del Instituto Dante Alighieri, que tiene como objetivo el monitoreo automático del tiempo en escuelas y organismos de la ciudad. Cabe destacar que en el 2018, MATTEO comenzó a funcionar en escuelas primarias y secundarias de Villa Carlos Paz, y actualmente es aplicado en escuelas de toda la provincia de Córdoba y de otras del país, públicas y privadas, y hasta en escuelas rurales.
Además, actualmente forma parte del “Proyecto Relámpago” surgido en Estados Unidos (por Universidades y organismos como la NOAA, Administración Nacional Oceánica y Atmosférica y la NASA , Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio), que tiene por un lado, el objetivo de estudiar las tormentas eléctricas convectivas (caracterizadas por la presencia de rayos, granizo); y por otro lado, el propósito de incentivar el desarrollo de la ciencia ciudadana.
En ese marco, hoy, en el Instituto Dante Alighieri, científicos de diferentes universidades del país del norte, entre las cuales se encuentra la de Illinois,- llamados “Cazadores de tormentas”-, que hoy se encargan del Proyecto Relámpago, llevaron a cabo una charla con los alumnos de la institución, para hablar sobre la tarea del científico, y la importancia del rol de los chicos en dicha investigación, como así también de la ciencia ciudadana en general. Además, los investigadores visitaron la escuela con todo el equipamiento para que los chicos pudiesen tener acceso a él y conocerlo en detalle.
Marcelo García, científico de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba e investigador del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), e integrante del Proyecto Relámpago, contó a Qué hacemos má?!: “Tuvimos la suerte que el Proyecto MATTEO, originado en las aulas de esta escuela, haya sido adoptado como brazo educativo del Proyecto Relámpago. Esto es porque todo proyecto de investigación en Estados Unidos, para que sea financiado, tiene que tener extensión en las escuelas. Ellos vieron que no era necesario comenzar un proyecto nuevo, ya que estaba éste en Argentina funcionando, e iba de la mano del gran empuje que le quieren dar a la ciencia ciudadana. Es decir, más allá del equipamiento de alta tecnología que trajeron (los famosos camiones), quieren dejar en claro que el aporte ciudadano es clave para mejorar los resultados que ellos obtienen”.
¿Por qué eligieron Córdoba para la investigación? Porque en esta región del planeta se generan tormentas eléctricas convectivas muy fuertes, las más importantes del mundo. Por ese motivo, un grupo de científicos llegaron en mayo pasado para realizar un intenso trabajo de monitoreo de las mismas, y ahora, otro grupo llegó al país en octubre.
La Charla con los alumnos
Los científicos se presentaron ante los chicos, primero como investigadores pero también como esos niños que eran y que soñaban con ser lo que son ahora, con el objetivo de que los jóvenes pudieran verse proyectados en un futuro, en el caso de elegir el camino de la ciencia.
“Uno de los Directores es argentino, de chico tuvo un sueño y 30 años después se encuentra desarrollando uno de los proyectos de ciencia más importantes del mundo. Los científicos también hicieron hincapié en que los alumnos forman parte del proyecto, para que dimensionen la tarea que realizan desde su lugar”, destacó Marcelo García.
Todos podemos hacer ciencia
Una reflexión que hizo Marcelo García finalizando nuestra conversación, sin dudas marcó con su impronta las actividades llevadas a cabo hoy en la escuela, una escuela activa y colmada de vigor científico y ansias de conocimiento.
“Lo más importante de todo es dejar de pensar que la ciencia es una actividad exclusiva para unas pocas personas. Como científico del Conicet, siempre me pregunto: ¿qué pasaría si solamente practicaran deporte los profesionales o qué pasaría si sólo cantaran o hicieran música los artistas? Hay mucha gente muy capaz que lo hace por hobby, y gracias a eso, pueden cambiar su entorno con la alegría del arte y los beneficios del deporte. Entonces por qué no pensar que la ciencia ciudadana también puede ser muy importante. El aporte de cada ciudadano puede ser vital, tanto, que sus datos pueden llegar a cambiar una hipótesis que afecte un resultado de una investigación a nivel internacional. Es fundamental tomar conciencia de esto”, y concluyó:
“Cualquier proyecto de ciencia, relacionado a la contaminación del lago San Roque, de los ríos, relacionado a la meteorología, a los bosques nativos, etc, con la participación ciudadana es mucho más fácil”.
Un proyecto dedicado a Matteo Ravagli
MATTEO, desde su origen, fue dedicado a la memoria del destacado estudiante de 16 años, Matteo Ravagli Cáceres, del Instituto Dante Aliguieri, quien perdiera la vida en septiembre del 2017 debido a un accidente de tránsito. Se trataba de un joven activista de las cuestiones ambientales, amado y recordado por toda la comunidad educativa del instituto.
Dicho proyecto cuenta con más de 30 escuelas que lo llevan a cabo. Comenzó en Carlos Paz y hoy se implementa en toda la provincia de Córdoba, en localidades como Villa General Belgrano, Cruz del Eje, Córdoba capital, y también en otras provincias del país, como Salta.
Actualmente, con la visita del Proyecto Relámpago, los mentores de MATTEO sueñan con una proyección internacional de su estudio.