¿Quién no recuerda algún carnaval de su infancia? Buscar los disfraces más disparatados para sorprender, tirar o recibir bombuchazos, llenarse de espuma loca de alguien que tuviera algún pomo, eran algunos de los objetivos más divertidos de ese momento. Y para quien le gustara bailar, estaba la posibilidad de hacerlo en la comparsa.
En mi pueblo, cuando era una niña, el carnaval se vivía a pleno. La avenida principal se preparaba para el paso de las comparsas, las carrozas y finalmente siempre había un show musical en vivo para coronar el festejo.
Las noches, casi siempre de mucho calor, eran propicias para entregarse al juego y al entretenimiento con agua y espuma. No había que enojarse, esas noches de carnaval “valía casi todo”. En realidad la frase exacta que se escuchaba era: «Vale todo».
Eso también daba miedo porque algunas personas, las más agresivas, se escondían en sus atuendos y disfraces irreconocibles (tapando incluso su rostro con una media), para pegar a otras personas con sus cachiporras, en distintas partes del cuerpo. Sí señores, eso se permitía. Esa actividad de descargue violento que era aceptada socialmente, y a muchos les causaba gracia.
Cuando era pequeña y no tanto, esto último, en particular, me daba terror. Era la parte oscura del carnaval, por decirlo de algún modo. Por suerte no faltaba el adulto que ponía límites y alejaba a los encapuchados con cachiporra. Por suerte, la alegría, los brillos, los colores, las distracciones y la música de carnaval, lograban que olvidemos los momentos menos felices.
Cuándo se inició el festejo de Carnaval
Los verdaderos orígenes del Carnaval todavía son una incógnita. No hay cómo comprobar dónde y cuándo nació el Carnaval.
Los estudios estiman que las primeras celebraciones que más tarde tomarían el nombre de Carnaval se realizaron años antes del nacimiento de Cristo y tienen su origen en las fiestas relacionadas con la agricultura. Parece que los campesinos se reunían en verano con los rostros enmascarados y los cuerpos totalmente pintados, alrededor de una hoguera, para celebrar la fertilidad y la productividad del suelo, o bien para alejar los malos espíritus de la cosecha.
“La primera celebración carnavalesca se localiza en Egipto. La fiesta no era nada más que danza, cánticos y los participantes usaban máscaras y disfraces como símbolo de la inexistencia de clases sociales”, contó la filóloga Laura Vélez.
Después, la tradición se extendió a Grecia. Allá por el siglo VI a. C., existía la costumbre de pasear un barco con ruedas (carrus navalis) donde la gente bailaba todo tipo de danzas.
“En Roma, se realizaban numerosas fiestas paganas en torno al dios Baco, el dios del vino, que cuentan con más de 5.000 años de antigüedad”, agregó la especialista.
Todas estas ceremonias tenían un punto en común: estaban asociadas a fenómenos espirituales, astronómico y a ciclos naturales. Asimismo, se manifestaban a través de expresiones como la danza, los cánticos, la sátira, las máscaras y el desorden.
Poco a poco, el festejo de carnaval se fue extendiendo por toda Europa y América Latina. Su nombre proviene del latín «carne vale», que significa «adiós a la carne», ya que se celebraba antes de la Cuaresma, un período de ayuno y abstinencia para los cristianos.
El Carnaval se celebra durante los días previos a la Cuaresma, generalmente en febrero o marzo. Durante esta época, se realizan desfiles, bailes, música y otros eventos festivos.
Cómo se puede celebrar con niños y niñas
Recuperando las características divertidas y agradables que tiene esta celebración, podemos realizar algunas actividades con los niños y niñas en este particular momento del año, además de explicarles de dónde proviene o cuál es su significado.
1. Desfile de disfraces: Organizar un desfile de disfraces en casa o en la escuela, donde los niños puedan mostrar sus creativos trajes.
2. Música y baile: Bailar con los niños música de carnaval. Se les puede enseñar algunos pasos de baile tradicionales.
3. Artesanías: Realizar artesanías relacionadas con el Carnaval, como máscaras, sombreros o instrumentos musicales.
4. Juegos: Organizar juegos y actividades festivas, como carreras de sacos, juegos de agua.
5. Comida festiva: Preparar comida festiva típica del Carnaval, como empanadas, churros o alfajores.
6. Desfile de luces: Organizar un desfile de luces en la noche, con linternas, velas o luces LED.
Consejos para padres
1. Supervisar a los niños: Asegurarse de que los niños estén supervisados en todo momento durante las celebraciones.
2. Establecer límites: Establecer límites claros para los niños en cuanto a la cantidad de dulces o comida que pueden consumir y en cuanto al comportamiento al usar disfraces, interpretar personajes o al usar bombuchas u otros elementos que si no se usan adecuadamente, pueden dañar a otros.
3. Fomentar la creatividad: Fomentar la creatividad de los niños alentándolos a crear sus propios disfraces y artesanías.
Lo interesante es poder organizar algún festejo conjunto entre familias y amigos de los niños y niñas, y disfrutarlo junto a adultos responsables. Tal como si fuera un cumpleaños, pero en este caso, se trataría de una celebración social, con vasta tradición histórica y momentos muy entretenidos que pueden ser vivenciados para aprender y compartir en comunidad. Al mismo tiempo, estaremos fortaleciendo el lazo social y creando nuevos vínculos entre vecinos y ciudadanos.
