El cine cambió para siempre la oferta de actividades de ocio. Recientemente, su popularidad ha sido amenazada por plataformas de contenido en streaming como Netflix. Pero, aunque es cierto que hay menos espectadores que hace unos años, es incuestionable que sigue siendo una afición muy popular. Ir al cine supone vivir una experiencia que cuesta igualar en casa: pantalla grande y sistema de sonido envolvente, palomitas recién hechas y refrescos, y la mejor compañía.
En los últimos años, el cine ha evolucionado hacia horizontes insospechados. Un claro ejemplo es CineLeague, una iniciativa que une las salas de cine tradicionales con los torneos de eSports. Esta innovadora competición es idea de Cooldown Ventures, una compañía británica que ha encontrado un socio pakistaní que proyectará las partidas de CineLeague en directo desde multicines del país. La empresa espera ampliar el negocio con otras cadenas de cine internacionales.
Este proyecto pone de relieve dos cosas. Por un lado, evidencia que la gente está dispuesta a ir a las salas de cine en busca de esa experiencia única que ofrece la pantalla grande, sea al ver una película, un concierto grabado o una partida de videojuego. Por otro, demuestra la creciente popularidad de los deportes electrónicos y otros juegos en comunidad como el póquer online, los videojuegos sociales, los juegos de realidad alternativa o los juegos de miniaturas.
Los objetivos del CineLeague son claros: crear comunidades locales de entusiastas de los eSports que puedan disfrutar de ellos en el cine. Así, Cooldwon Ventures pretende ofrecer una plataforma que lo haga posible, así como darles la oportunidad de participar en torneos tanto a los más fanáticos como a los nuevos fans. Pakistán parece ser el mercado ideal para empezar, o por lo menos así lo cree Sonny Waheed, director de marketing de la compañía inglesa.
El director ejecutivo de Cinepax, el nuevo socio pakistaní de Cooldwon Ventures, parece estar de acuerdo y confían en la profesionalidad de la empresa de Manchester para crear dinámicas que permitan atraer el público de nuevo a las salas de cine, ayudados por la pasión que despierta el deporte virtual. De confirmarse el éxito de la iniciativa, los primeros beneficiados serían los propietarios del cine, que conectarían de nuevo con las generaciones más jóvenes.
De ese éxito también recibirían los frutos indirectamente otras empresas dedicadas, por ejemplo, a la venta de entradas, a la organización de eventos, a la fabricación de merchandising, etcétera. Si CineLeague consigue triunfar en Pakistán, no cabe duda que veremos reproducirse esa misma experiencia en otros países del mundo con el mismo potencial.