¿Cómo es la obra infantil “La niña que fue Cyrano” que habla sobre el amor entre dos pequeñas?

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Ayer, sábado 6 de abril a las 19 hs, estrenó  La niña que fue Cyrano de La Mucca teatro  en la Sala Quinto Deva (Pasaje Agustín Perez 10) de Córdoba capital. Continúa los sábados de abril a las 19 hs y domingos de mayo a las 17 hs. Con entradas a $ 200. Estudiantes y jubilados $180.

Dirigida y escrita por Guillermo Baldo, esta obra de teatro tabú para chicos y chicas, cuenta la historia de Valentina, una mujer que se hace pequeña para contarnos de una niña que es niña y a veces niño. Una niña que responde las cartas de amor de su mejor amiga, firmando como un varón.

El intercambio de cartas y palabras de amor crece cada vez más, mientras ella es empujada al encuentro con emociones que no puede clasificar ni comprender… está enamorada.
Pero una noticia cambia el rumbo de las cosas, y si la mentira tiene patas cortas, el amor y la urgencia del deseo se las acortan aún más.

La propuesta del joven realizador teatral, que fue el trabajo final de la Licenciatura en Teatro que cursó en la Universidad Nacional de Córdoba, y que cuenta con el apoyo del Instituto Nacional del Teatro, es apta para todo público, pero recomendada para un público a partir de los 7 años.

La niña que fue Cyrano recibió la primera Mención en el 21º Concurso Nacional de Obras de Teatro Infanto Juvenil del Instituto Nacional de Teatro.

Para indagar más sobre esta interesante propuesta, Qué hacemos ma?! entrevistó a Guillermo Baldo, director y dramaturgo de la misma.

Cabe destacar que el artista fue distinguido por la UNC en el 2015 con la beca “Cuarto centenario” para realizar un semestre de estudios teatrales en la UNAM (México). Fue seleccionado como “joven destacado” por El Ministerio de Cultura de la Nación y la Agencia Córdoba Cultura para representar a Córdoba en el Encuentro Plataforma IDEAS 2017 (CABA). Como actor participó en más de 15 obras y como director  brilló con “Nunca nadie murió de amor excepto alguien alguna vez” , con texto de Ricardo Ryser.

Es la primera vez que Guillermo Baldo escribe y dirige una obra infantil, que además aborda un tema difícil, animándose a explorar las infancias diferentes, de las que muy pocos se animan a hablar.

¿Cómo surge la propuesta “La niña que fue Cyrano”?

-La idea comenzó hace unos años cuando llegaron mis sobrinas y mi sobrino al mundo. Se me removieron muchas cosas de mi infancia. No sólo en el teatro sino en el cine y en la literatura en general, muchas veces se representa a las infancias invisibilizando muchas posibilidades que también existen en las infancias. Se suele acercar a los niños y niñas productos con la norma heterosexual solamente, con contenido sexista, con desigualdad de género, hasta se brindan contenidos homofóbicos en algunos casos. Si aparecen ciertas representaciones con respecto al tema, es a través de estereotipos y no contemplan las complejidades de los temas.  Entonces, como en mi niñez como varón no sentía, ni decía ni me comportaba como mis pares niños y niñas, y como los adultos me decían que tenía que comportarme,  fue muy difícil atravesar la infancia de esa manera.  No encontraba cuestiones referenciales y representaciones en el teatro, en el cine o en la literatura, con los que yo me sintiera identificado.  Me cercenaban posibilidades en lugar de abrirme al mundo de complejidades que están en las infancias. Por eso pienso en tratar a las infancias como ese presente deseado que son.

Por ese motivo quise realizar una obra de teatro donde una infancia no heteronormada sea representada.  Ese deseo personal y sensible mío se fue convirtiendo en un deseo colectivo, gracias a la gente que se fue sumando y fue compartiendo y fue aportando sus propios deseos personales.

¿Cómo fue el proceso de la obra?

.-Fue un proceso lento en el que tuve que deconstruir muchas cuestiones y pensamientos asociados a la infancia, representaciones, ideas representacionales que se fundan en ideas adultocentristas de cómo pensamos y nos vinculamos con las infancias. Eso fue lo que me llevó más tiempo en el proceso. Me alejé de ciertos prejuicios y de ciertas recetas escénicas para abordar el teatro para niños y de allí busqué acercarme a las infancias desde un lugar genuino.

Entrevisté a hacedores cordobeses como parte de investigación como María Laura Gallo, Nella Ferreyra, Ivana Altamirano, Alejandro de la O, Natalia Moya, Marina Abulafia, Giovanni Quiroga, Eugenia Hadandoniou. Indagué en su forma de hacer, en sus experiencias y me nutrí por ese acercamiento y por sus producciones teatrales, otras del país y de otras partes del mundo. Para mí fue muy revelador ver a un grupo mexicano compuesto por el cordobés José Agüero y el mexicano Adrián Hernández Arredondo, y su grupo de producciones infantiles, Compañía Teatro al Vacío. Cuando estudié teatro en el DF de México, vi por primera vez una obra de ellos, y realmente se me abrió la cabeza, un mundo nuevo.

Abordamos la disidencia sexual desde el lugar del deseo y del amor, el placer, el juego

Me di cuenta que había un teatro para niños diferente. Había una escena donde no había color ni palabras, era una obra de teatro danza que se abría al público de una manera porosa, permeable. No imponía nada, no se contaba una historia lineal. Lo más interesante, es que como hacedoras y hacedores no tenemos que estar siempre dentro de formatos preestablecidos, sino que se pueden encontrar formas genuinas de producir y brindar arte.  Creo que los niños y niñas espectadores se merecen que les acerquemos producciones sensibles  y comprometidas artísticamente, que no respondan a lo que ya ven en la televisión y en el cine y en el mercado para la infancia.

¿Quién te asesoró en la investigación?

-Daniela Martín y Jazmín Sequeira, que si bien ninguna de las dos produjo teatro para niños, a mí me interesa mucho su manera de abordar el teatro. Algo de esa forma de entender la escena  yo quería trabajarla y trasladarla a mi obra. Su concepción política e ideológica de abordar la escena, es muy interesante.

¿Cómo fue respecto a la dramaturgia?

-La empecé solo, no fue dramaturgia de actor, Daniela y Jazmín me acompañaron en todo el proceso, con devoluciones muy precisas, pertinentes y respetuosas, que sirvieron para mejorar. Estuve un año escribiendo después de haber investigado mucho. La verdad en principios tenía muchas inseguridades de hacer por primera vez una obra de teatro para niños, por eso investigué durante dos años antes de escribir. Encontré desde qué lugar comenzar a escribir la obra. Me situé con una concepción de niña y niño, luego encontré las estrategias escénicas, actorales, etc, que respondían a esa concepción de niño a abordar.

Guillermo Baldo.

¿Cómo es esa concepción de niño y niña?

-Partí de un teórico de la infancia, Ferrán Casas, que dice que los niños cargan con la herencia de ser “los aún no”. Son un presente postergado. Ellos todavía no porque son muy chicos, porque hay que cuidarlos, porque no lo van a entender, porque es peligroso que los sepan, porque tienen que crecer, etc, etc.  Por eso esta obra la decidimos encarar pensando que los niños son “los ahora sí”. Ahora sí se puede hablar de esto, ahora sí pueden hacer tal cosa, ahora sí pueden hacer tal otra. Nos acercamos a ellos pensando en todas las complejidades, diversidades y disidencias.  Dejamos de pensar en las infancias como una masa de niñas y niños que sienten, piensan y desean las mismas cosas.

¿Por qué elegiste el tema del amor entre nenas?

-Si bien son importantes los temas que se abordan en una obra de teatro para niños, el cómo se abordan es quizás más importante que eso o igual. Por ejemplo, las problemáticas de género en el teatro para niñas y niños están muy de moda hoy. Hay muchas producciones y yo celebro que así sea, pero  muchas abordan el tema porque les conviene, dado que captan esa cuestión de sensibilidad social y ven de repente que es funcional al  mercado. Manipulan el tema a su manera, tratando los temas superficialmente, sin mostrar sus complejidades y las sensibilidades que los atraviesan.

Por ejemplo,  las mujeres ya dejaron de ser princesas, sumisas, esperando el príncipe azul, pero siguen siendo heterosexuales, de clase alta dominante, blancas, bellas, femeninas, etc, etc. Un poco la decisión de este tema fue querer abordarlo desde la complejidad, alejándose de los estereotipos.

Con respecto al tema de la disidencia sexual, central de la obra, nos resultó importante buscar cómo hablar de eso. Entonces, la disidencia sexual no es el punto de  conflicto de la obra, no aparecen la discriminación ni el bullying por la historia de amor que se produce entre dos niñas. Existe  y lo sabemos, pero está bueno también que el teatro, el cine, la literatura, los medios de comunicación dejen de poner a las infancias disidentes en ese lugar. Es decir, queremos que se deje de ver: infancia y disidencia sexual como conflicto, problema o angustia. Abordamos la disidencia sexual desde el lugar del deseo y del amor, el placer, el juego.  Con la obra pretendemos darle un poco de respiro a estas temáticas tan bastardeadas en la sociedad.

Creo que los niños y niñas espectadores se merecen que les acerquemos producciones sensibles  y comprometidas artísticamente, que no respondan a lo que ya ven

¿Cuáles son los criterios de dirección?

-En relación a la actuación, se propone una forma no didáctica, una forma que no se impone a ningún espectador. Se pone en juego un dispositivo de acción sensible, permeable, que se ponga de igual a igual con los niños y niñas, alejándonos de las recetas escénicas, de los colores estridentes, de las coreografías musicales, de las ideas representaciones que ya son antiguas y que la producción cordobesa está intentando dejar atrás, mientras crean otras posibilidades escénicas para los chicos y chicas. Disney y otras tantos se encargan de seguir avalando esas formas de vincularse con la infancia pero lo nuestro es la resistencia, el aire y el cambio.  Es una obra que genera una experiencia estética, poética, no es una obra que educa.

El trabajo con la música es muy importante, ayudó al trabajo actoral, para aflojarlo y despojarlo de ciertos vicios representacionales.

Respecto a la escenografía fue un trabajo conceptual que derivó en una paleta de colores ocre, donde las cajas son importantes, porque la obra transcurre en una mudanza, pero además son elementos que se resignifican a medida que transcurre el relato.  La caja como metáfora de los recuerdos que cada uno lleva consigo mismo y que nos acompañan a todos lados.

¿Cuáles son las expectativas respecto a la obra, en cuanto a su circulación?

-Queremos llevarla a diferentes espacios y tenemos muchas ganas de viajar a diferentes lugares, ya tenemos algunas propuestas e invitaciones. Queremos llevarla a escuelas, ya hemos hecho funciones con niños en el proceso para probar la obra. La verdad nos fue difícil encontrar escuelas que quisieran trabajar y aceptar una obra con esa temática, debido a todo el conflicto que se produjo con la Educación Sexual Integral (ESI) y demás.

Teléfono para reserva entradas: 3516896718

Ficha técnica

Dirección y dramaturgia:
Guillermo Baldo

En escena:
Chili Peralta Vissani y Luisina Lipchak

Diseño de iluminación:
Daniela Maluf

Diseño y realización escenográfica:
Agostina Barborini y Guillermo Baldo

Composición musical:
Luisina Lipchak y Franco Dall´Amore

Diseño y realización de vestuarios:
Yanina Pastor

Asesoras: Jazmín Sequeira y Daniela Martín

Fotografía y Diseño Gráfico: Elvira Bo

Prensa: Vane Toranzo

 

 

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