El sábado 25 de noviembre se llevó a cabo la séptima edición de TEDxCórdoba. Por segunda vez consecutiva, la jornada se desarrolló en el Pabellón Argentina (UNC), y fue conducido por Agustina Vivanco y Juan Manuel Lucero. Además, en esta ocasión, se transmitió a través de streaming el programa especial “Zona de ideas”, conducido por Soledad Quiroga y Diego Tabachnik, que fue visto por más de 30.000 personas a lo largo del día.
#TEDxCórdoba y #CompartiMovimiento fueron tendencia en las redes sociales en Córdoba y en Argentina. Personas de diferentes partes del mundo subieron a redes sociales su selfie viendo el evento.
Quienes se acercaron al Pabellón Argentina esperaban ser atravesados por las ideas, y eso se reflejó en los diversos momentos que tuvo la jornada: silencios, reflexiones, risas, lágrimas, emociones a flor de piel, momentos de distensión y momentos de conexión.
Abrió la jornada Liliana Cancela, doctora en bioquímica e investigadora principal del CONICET. Disertó acerca de cómo el estrés puede convertirse en un disparador para el consumo de drogas: “Hoy sabemos que la adicción a drogas es una enfermedad del cerebro. Es una enfermedad crónica que va más allá de la intoxicación”.
El segundo orador fue el sacerdote Mariano Oberlin. Su charla se volcó en cómo los pequeños gestos pueden cambiar vidas: “La soledad mata, pero la solidaridad salva, y el saber que no estamos solos nos da vida, hasta puede hacernos resucitar”.
El primer bloque lo cerró Liliana González, psicopedagoga especialista en clínica de niños y adolescentes, con una charla sobre la importancia de volver a mirarnos: “No es lo mismo ver que mirar. Ver es cuestión del ojo, del yo. Cuando miro, miro con todo mi ser”.
En el segundo bloque, la primera en pisar el círculo rojo del escenario fue Liliana Hendel, psicóloga, periodista y coordinadora de la Red de Periodistas con Visión de Género en Argentina, hablando sobre el crimen perfecto de la justicia machista: “Tengo la convicción de que, si dejamos de ver para otro lado, podemos hacer que el crimen deje de ser perfecto. Si prestamos atención a lo que sucede, tenemos la posibilidad de generar redes de solidaridad”.
Antes de seguir con las charlas, se presentó la Compañía Parpadeo, que realizó una divertida performance acto-musical. Luego se presentó el bioquímico y doctor en química de la Universidad Nacional de Córdoba, Carlos Vullo, para revelarnos la importancia de devolver la identidad a «los que no tienen nombre»: “Por esos pedidos-mandato, vale la pena insistir para devolver identidades, para que esa madre pueda reencontrarse con su hijo, aún estando su hijo muerto”.
Alejandro Sewrjugin es graduado en Ciencias Económicas de la UBA, y mediante su charla explicó cómo podemos transitar hacia una economía de propósitos: “El dinero que nos mueve carece de contenido, se produce el dinero y luego el valor. La blockchain nos puede ayudar a perseguir valor, y no dinero”.
Para cerrar el segundo bloque subió al escenario Alex Appella, escritora y encuadernadora de Córdoba, quien buscó enseñarnos cómo plantar una semilla contra la discriminación: “Discriminar en voz alta es incómodo. Pero esta incomodidad es una semilla, que demuestra un acuerdo social que reconoce que discriminar lastima”.
Después del almuerzo, empezó el tercer bloque a puro ritmo con el Coro Gospel Kumbaya. Tras la presentación, llegó una de las sorpresas de la tarde: Ezequiel Rivero, un adolescente de 19 años perteneciente a Clubes TED-Ed. Ezequiel cursa el último año del secundario en el Instituto Técnico Salesiano Villada, y sorprendió hablando del éxito: “el éxito es una acción con
un resultado feliz. Si tengo que trabajar toda la vida de algo que no me gusta, no voy a ser exitoso”.
Aden Díaz Nocera, co-fundador de Life SI, planteó la importancia de la bioimpresión 3D. “Comer hamburguesas sin matar animales. Crear medicamentos específicos para cada paciente. Fabricar órganos para cada persona que lo necesite. Estas ideas que suenan de ciencia ficción tienen un punto en común: la tecnología de la impresión 3D”.
Dando cierre al tercer bloque, la escritora Cristina Loza, demostró en su charla cómo las palabras pueden ser una gran ayuda: “No sabríamos lo que es la felicidad, si no hubiéramos conocido el sufrimiento. Un papel y un lápiz pueden salvarte la vida”.
El cuarto y último bloque comenzó de la mano del cantautor Jairo, quien reflexionó acerca de las puertas de una vida: “Yo volvería a vivir igual que ahora, pero por desearlo, pediría ser consciente de ese tiempo que la memoria no tiene en cuenta. Hay pocas cosas que añoramos más que los sitios, los lugares en los que transcurrimos nuestra infancia”.
Luego llegó el turno de Silvina Brussino, Doctora en Psicología e investigadora independiente del CONICET, quien se preguntó si se puede vivir al margen de la política: “En un mundo donde todos pelean por tener la razón, los de un lado creen que la realidad es así y los del otro creen que la realidad es asa, quizás el primer paso sería reconocer que todos estamos equivocados”.
Cerró el evento la coleccionista de ideas Fabiana Renault, licenciada en Publicidad y Analista en Medios de Comunicación Social: “Innovar es hacer, es pedalear. Tenemos que democratizar la innovación, comprometernos con las ideas, sean nuestras o no, sean o no buenos negocios”.
Trece oradores, música en vivo, una sala colmada y un público expectante que nos regaló sonrisas, lágrimas de emoción y una gran experiencia.