En esta oportunidad nos acercamos a un mundo fascinante: el de las marionetas. Florence Guilbert y Martin Ahrens forman la compañía Marionetas en Libertad, que presentó una vez más en la Feria Infantil del Libro Córdoba 2017 su obra “Plo Plo, vendedor de ilusiones”. Se trata de los mismos creadores de «Encantaron la escuela», un relato de muñecos de madera que cautivó a públicos de todas las latitudes.
Desde la ciudad cordobesa de Capilla del Monte, este dúo de artistas crea hermosos cuentos para narrar a través de personajes hechos con maderas, telas e hilos. Estas marionetas toman forma humana y logran cautivar la mirada de grandes y pequeños de estas tierras argentinas, latinoamericanas y de otras, cruzando el gran Atlántico. Así, “Plo Plo, vendedor de ilusiones”, espectáculo ganador del “Premio a la producción teatral” otorgado por la Subdirección de Artes Escénicas de la Agencia Córdoba Cultura, cuenta además con el apoyo del Instituto Nacional del Teatro.
¿Qué son las marionetas? Sublime arte de varios siglos de antigüedad, la marioneta es una figura hecha de diversos materiales que con forma humana, animal o fantástica, nos cuenta historias de los más variados géneros a través de la ayuda de un artista que la maneja. Es un arte que deambulaba de pueblo en pueblo en esos carromatos con artistas de circo y otras variedades, llevando relatos de tierras lejanas, y con alguna que otra moraleja. Se diferencia de los títeres, otro arte un poco más moderno, que busca interactuar con el público. Y así lo define la compañía antes de iniciar la presentación.
En “Plo Plo, vendedor de ilusiones”, los artistas nos cuentan una historia de esos carromatos que van de pueblo en pueblo llevando arte y entretenimiento. Y Martín es quien presenta el cuento, narrando y poniendo en marcha los engranajes del mismo. En uno de los pueblos, el vendedor se encuentra con Pelusa, una niña que desea ser grande. El vendedor le cumple el sueño, pero Pelusa se enfrentará a desafíos diferentes en el camino que la harán pensar. Ser uno mismo, sin importar lo que la sociedad quiera imponerte, es el mensaje que esta obra busca transmitir, y lo logra. La emoción de viajar y conocer otros lugares y universos, es otra de las ideas que esta fascinante producción deja rebotando en la cabeza de sus espectadores, como pequeñas piedras en el lago de la imaginación.
La música es exquisita. Cautiva y lleva a los espectadores a entrar poco a poco en la historia. Martin, el narrador, conduce al espectador por los diferentes momentos de la narración, sin que pierda el interés por las marionetas y por lo que le pasa a Pelusa, cuya voz en español con tonada francesa, es interpretada por Florence. El auditorio Daniel Salzano del Centro Cultural Córdoba es demasiado grande para apreciar el detalle tan exquisito arte. Algunas de las marionetas no se podían apreciar desde la cuarta fila. Para esta obra de gran calidad es necesario un espacio más intimista. Así se aprecia la riqueza de las marionetas y este arte, tan antiguo que asombra a grandes y chicos frente a las luces incandescentes de las pantallas cotidianas.
Cuando la vean programada por allí, ni se les ocurra dejarla pasar, sería un pecado.
